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¿Sexo? Ja, ja, ja

¿Sexo? Ja, ja, ja

FUENTE: http://www.lacoctelera.com/

de Anna R. Alós en El Mundo de Cataluña


«Si no hay sexo en vuestras vidas es porque no queréis». La frase retumba en mis oídos desde hace semanas. La dijo un periodista de la redacción de este diario y se dirigía a nosotras, las chicas de alrededor. Huelgan comentarios porque los hubo de todo tipo, pero conclusión sólo hubo una: si en una vida no hay sexo, es en una vida hétero. El universo gay, dicen, carece de ausencias de este tipo.

Las edades de las chicas y chicos de este diario van desde los 21 hasta los 50 y pico, siendo el segmento que va de los 30 a los 40 el más numeroso. Hay solteros y casados felices, solitarios vocacionales, separados clásicos, biencasados que se aburren, depredadores de género Hay héteros, gays y, que yo sepa, ni una lesbiana. Hay casi de todo, como en todos lados en que hombres y mujeres se cuecen en el mismo caldo a diario, en el caldo de cultivo de las relaciones más humanas, que son -por ontonomasia dado las horas que ocupan- las laborales.

Ligeramente desolada por aquella frase del principio, he realizado una encuesta y éstos son los resultados:

Emparejados/as desde hace más de cinco años: practican sexo un par de veces al mes y casi siempre en fin de semana. Los de menor frecuencia, media docena de veces al año incluida la Nochevieja.

Emparejados/as desde hace seis meses: practicarían sexo un par de veces al día. La realidad es de unas 3-4 veces por semana si viven solos, o de un par si viven con papá y mamá.

Sin pareja ni estructura familiar: ellos casi nunca, pero si están muy necesitados se toman media docena de copas y, consecuentes con los efectos del alcohol, se acuestan con la que sea. Suele suceder viernes y sábado por la noche. Ellas nunca, porque los fines de semana suelen topar con tipos que llevan encima media docena de copas y huelen que apestan. En el peor de los casos, porque de lunes a jueves les tiran los tejos tipos casados.

Separados/as: es la gran incógnita; la mayoría contesta «lo he dejado», o «el patio está fatal». O sea, nunca se sabe.

Puestas así las cosas, efectúo un promedio entre los 20 encuestados y el resultado es que entre todos hacemos el amor 20 veces al mes, viéndolo con máximo optimismo. Hecho el reparto, es como si cada uno de nosotros lo hiciera una vez al mes.

Llegados a este punto se me ocurren muchas preguntas, pero sólo una me parece interesante: ¿Vale la pena sublimar el sexo en pareja en detrimento de un camino en solitario, viéndolas venir? Aún no me he topado con un casado/a que jure que merece la pena estarlo de acuerdo a las noches de sexo doméstico. Me quedo con la frase de un buen amigo de 50 y pico largos: «Que nos quiten lo follado».


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