Por qué ya no podemos salir de marcha con los colegas (II)
FUENTE: Pablo Motos (conductor del programa de M-80 "No somos nadie)
Cuando se hace de día, alguien pregunta: "¿Dónde vamos?". Que piensas: "Pues a casa, ¿adónde vamos a ir?". Pero no lo dices, porque tienes miedo de ser el pringao.
Así que os subís al coche y os ponéis a dar vueltas buscando una churrería y, claro,
en un coche lleno de tíos borrachos siempre se acaba haciendo calvos.
Antes estaba bien lo de hacer calvos, pero ¿ahora? ¡Si algunos ya tienen canas en los huevos, que parece que llevan dos hámsters colgando!
Lo peor de salir de marcha cuando te acercas a los 40 no es la noche en sí, es el día después.
Cuando te levantas, te miras en el espejo y el aspecto de tu pelo muestra exactamente cómo te sientes por dentro.
Que piensas: "Si yo me levanto con estos pelos, ¿cómo se levantará la pitonisa Lola con resaca?".
Pero cuando verdaderamente sabes cómo estás por dentro es cuando haces caca.
¿Cómo puede oler tan mal?
Me imagino a la pitonisa Lola con resaca soltando esas dos velas negras...
Hay que ver las cosas que salen de tu cuerpo ese día.
Yo una vez, después de una noche de borrachera, me soné y me salió una patata frita por la nariz.
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