Por qué ya no podemos salir de marcha con los colegas (I)
FUENTE: Pablo Motos (conductor del programa de M-80 "No somos nadie)
La otra noche quedé con mis colegas de toda la vida para nuestra cena anual.
Estas reuniones se han ido convirtiendo en la prueba de que ya no somos lo que éramos.
Unos están calvos, otros tienen tripa y otros tienen el combi: tripa y calva.
La primera señal de que ya no eres el que eras se presenta cuando, después de cenar,
os vais de copas.
En los pubs te sientes raro.
Estás en una edad entre el botellón y los salones de baile.
Todos te miran.
Es como ir a una manifestación del Opus con un condón en la cabeza.
Antes, cuando salías, la cosa estaba clara. Ibas a ligar. Se ligaba o no se ligaba.
Y te ibas a casa con un pedo y una tía o con un pedo y una erección.
Ahora te vas a casa con un pedo y punto.
Te sientes perdido. ¿Y qué haces? Beber.
¡Cómo no vas a beber si no puedes cantar las canciones porque no te sabes ni una!
El único momento en el que te sientes integrado es cuando ponen la de Shakira y Alejandro Sanz, que ésa no se la sabe nadie porque no se entiende la letra.
Vamos, no se la sabe ni Shakira.
Por eso mueve tanto las tetas, para disimular.
La tía las mueve tan deprisa que es imposible saber dónde está el pezón.
Y te pides otra copa.
No porque tengas ganas, sino porque no sabes qué hacer.
Si se presentara Alicia Senovilla en ese momento con su máquina de la verdad, diría:
"Pablo ha dicho que realmente le apetece el güisqui que acaba de pedir... y la máquina dice que.... ¡miente!".
Tampoco sabéis bailar. Por eso os ponéis en corro en medio de la pista.
Y vais saliendo, cada uno a hacer su especialidad, como si hubieran repuesto El semáforo.
Yo hago el robot igual de bien que Danny Amatulo, el de "Fama".
pero por alguna extraña razón esto a las tías ya no les impresiona.
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