Observaciones en la biblioteca de la facultad de arquitectura (III)
- Coche típico. Supongo que en la tienda de Tomi HitchHicker debe haber pack de jersey + Golf GTI o chaquetita + VW Polo.
Su radio-cd es lo último en tecnología y sus altavoces superan con creces a los de Botánico.
Ni que decir tiene que su música es Camela. Esto es esencial. Si acaso les falla la cinta pueden recurrir a U2, no entienden de qué coño va, pero saben que da prestigio.
No les hables de clásicos, la palabra Clásico como comprenderás, es una mierda.
- Beben Red Bull. Eso es un hecho.
Desconocen el agua, necesitan cafeína y taurina para ser lo que son.
Ellos dicen que es para aguantar más estudiando pero la realidad es que hacen sesiones de pasarela-ligoteo de 24h aprovechando el horario de la biblio.
Sólo descansan el sábado a las 22h pero entonces se van a Botánico.
Y su comportamiento en la biblioteca es siempre el mismo.
A clase no van, o acaso los veis allí?
Por eso tienen una técnica muy depurada en pasearse por las estanterías.
Conocen al dedillo todos los accesos, las horas de más gente, los flujos de tías, las horas en las que limpian los baños. Todo.
Ellos están sentados en las sillas con apuntes que han encontrado por ahí o que algún ligue anterior se dejó en el asiento de atrás de su coche, pero sin mirarlos.
Su vista está clavada en dos cosas: las tías y las tías horteras. S
abrás que son ellos porque no paran de reírse por lo bajo cuando ven a una que no les mola.
Son muy pesados y le harán ojitos de macho camacho a las que sí les molen, que si te fijas, curiosamente, son su versión pero en femenino.
Apuesto a que se las imaginan vestidas de Tomi Hellfinger y por eso babean y se flipan.
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