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Tácticas viriles para comerse un rosco (VI)

MISIL 7: LA TOMA DE BERLIN

La gloria se acerca. Las tropas aliadas entran por los Alpes ondeando las banderas de Jack Daniel's. En este momento somos meros títeres de una mujer perversa. Nada de lo que digamos o hagamos servirá de nada. Ella hará lo que quiera, y si follas, será porque ella te habrá follado. No lo olvides. Tu obligación era llevar las pelotas hasta aquí. Pase lo que pase, el Comité esta orgulloso de ti.

Hay varias tipologías de chatis que analizamos acto seguido:

1) Gibraltar: Es una estrecha y debieras de haberlo visto antes. Es tan ruin que es capaz de despedirse con dos besos. Se arrepiente de lo (poco) que ha hecho dentro de la disco.

2) Gibraltar borracha: Imprevisible. Los casos estudiados nos han dado una varianza del término de perturbación asombrosa. Resultados no extrapolables. Tiembla!.

3) Tía normal (es un decir): Difícil de precisar. En esta contingencia es mucho mas importante el factor Murciélago.

4) Van Basten: Tras unos primeros compases muy prometedores parece deshincharse sin que queden claros los motivos. Acabará yéndose a casa (si bien te regalara algunas discretas muestras de afecto). No es malo.

5) Indurain: tras un inicio no particularmente prometedor, explota en un momento dado y te despelleja en un hotel. Escasísima.

6) Tyson: Empieza fuerte y acaba fuerte. Seguramente te ha entrado ella y te sigue apretando ella. Es lo que en terminología técnica se llama Putón Verbenero.

7) Calientapollas: es tan reprobable que ni hablaremos de ella.

 

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